domingo, 18 de septiembre de 2011

was ist libertad parte II (el Aleph)

Y en el marco anteriormente descripto, Borges presenta su Aleph, y con él alguna posibilidad de libertad -o de liberación-. Lo describió así:
El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo.
Si tan sólo conociera el Aleph, mi vida sería mucho más simple, imaginate, conocería al amor de mi vida, sabría qué carrera seguir, ni siquiera tendría que dudar sobre cuál es mi libro favorito. No necesitaría ver documentales de Discovery Channel para saber sobre los límites del universo, hasta me compadecería de los grandes pensadores. Me libraría, finalmente, de la presión que cae en mis hombros. Mis deciciones serían, de allí en más, profundamente fundamentadas. Poder abandonar, de una mísera vez, la inquietud y la intranquilidad que me carcomió cual parásito consumiéndome lentamente. ¿Y si no? ¿Si la posibilidad de comprender el inconcebible universo no fuera otra cosa que una condena? Tal conocimiento debería acarrear consigo una gran responsabilidad, saber en cada momento qué hace cada persona en cualquier lugar del universo, conocer cada palabra de cada texto, cada detalle de cada cuerpo.
El tema radica naturalmente, en la existencia -o no- del Aleph. Mientras tanto, yo no lo ví, ni a él ni a ningún otro, y hasta a veces me pregunto si el poner en consideración la posibilidad de su existencia o sus posibles consecuencias no será más que una forma de olvidar lo verdaderamente importante, si al pensar en el Aleph no hago sino lo mismo que Borges, al terminar, según sus propias palabras: falseando y perdiendo, bajo la trágica erosión de los años, los rasgos de Beatriz.

Entre todas esas limitaciones y regulaciones que recaen sobre nosotros, solemos desviar nuestra atención, buscamos soluciones lejanas, nos preocupamos por la eternidad, por el infinito, nos perdemos en un mundo de concepciones que nos son ajenas e inalcanzables, sólo para buscar un momento de calma, y olvidamos lo que verdaderamente nos haría sentir libres. Como dijo Woody en Hannah y sus hermanas:


¿Que pasa si no existe dios y sólo vivimos una vez y se acabó?, ¿No te interesa esa experiencia?...Entonces me dije: "¡Qué diablos, no todo es malo!", y pensé para mis adentros: "¿Porqué no dejo de destrozar mi vida con respuestas que jamás voy a encontrar y me dedico a disfrutarla mientras dure?...Y después, después ¡quién sabe!

sábado, 17 de septiembre de 2011

was ist libertad parte I (sociedad - naturaleza)

¿Alguna vez sentiste la presión sobre tus hombros? ¿Te preguntaste hasta dónde somos libres? Envidio a quien nunca haya experimentado una sensación de devastadora impotencia ante la pasividad a la que estamos condenados. No importa cuántas actividades hagas, cuántas decisiones tomes, toda nuestra existencia está excesivamente limitada. La sociedad es uno de esos núcleos de regulación. No podés vivir fuera de la sociedad. ¿Recordás la frase célebre de Trainspotting?
Choose Life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. (...) Choose your future.
Y podrás pensar que hay gente que no trabaja, que hay gente que no estudia, que hay gente más o menos inadaptada. Pero todos formamos parte de esta sociedad, por el mismo hecho de nacer en ella, por el mismo hecho de que nos antecede, y nos crea en un proceso de mutua transformación. Y si queremos adaptarnos a ella, debemos seguir sus normas, no matarás, no robarás, no desearás a la mujer de tu prójimo, no dirás malas palabras, no hablarás con la boca llena, no antepondrás jamás tus deseos y tu naturaleza ante las limitaciones que la sociedad te impone.
Y aunque pudiéramos despojarnos de ese tejido simbiótico que es la sociedad, tampoco sabríamos lo que es la libertad, porque existe una fuerza aún más universal y determinante que nos gobierna, y es la propia naturaleza. Pensalo. No podemos hacer más de lo que nuestra naturaleza nos permite. Me pasé días enteros pensando que la razón más probable de que todavía no haya encontrado al amor de mi vida, es que no se dieron corrdinadas las condiciones de tiempo y espacio. Me pasé días enteros pensando en que quizás, en este mismísimo instante, el amor de mi vida exista, pero en un lugar o un tiempo diferente al mío. ¿Pero qué podemos hacer frente a las leyes de la física? Sé que voy a morir sin saber adónde termina el universo, sin haber tocado nunca los anillos de Saturno, sé que voy a morir habiendo visto más techos que estrellas, que la cantidad de personas que habré conocido, va a ser una porción parecida a la cantidad de granos de arena que toqué con respecto a todos los existentes en la Tierra, y que quizás nunca lea al que hubiera sido mi libro favorito, o pase al lado del amor de mi vida sin descubrirlo jamás. ¿Hasta dónde somos libres realmente?

lunes, 5 de septiembre de 2011

was ist una pequeña reflexión sobre el pasado, la vida y los cadáveres

Si sólo podemos acceder al mundo a través del pasado*, sólo podemos acceder a la vida a través de cadáveres.

*un día voy a puntualizar un desarrollo de esta idea, pero básicamente, el futuro nunca llega y el presente es mentira, porque si nosotros accedemos al mundo a través de los sentidos, debemos tomar en cuenta que hay un tiempo, por mínimo que sea, que demoran las sensaciones en llegar desde el elemento que las produce a nuestros centros nerviosos, por ejemplo, la luz del sol tarda ocho minutos en llegar a nuestros ojos, por lo tanto, la única forma que tenemos de acceder al mundo, es el pasado.

was ist cadáver

Con mi amigo Tomás Rodríguez decidimos hacer un cadáver exquisito, con frases elegidas al azar (¿al azar?) de libros elegidos al azar (¿al azar?). 
Los cadáveres exquisitos me remiten de alguna manera a la vida, con sus partes, propias a un universo específico, del cual son extirpadas para crear un nuevo todo. Los cadáveres exquisitos son, de alguna manera, un collage de pequeños momentos perfectos. Los cadáveres son, de alguna manera, vida. O, por qué no, la vida es, de alguna manera, cadáver.

He aquí el cadáver:

Se sabe que también los niños suelen aducir pretensiones análogas, en su irreprimible e impetuosa puerilidad, pero en Josefina no son tan infundadas como en ellos. El anatomista conminó a su discípulo a que dejara de gritar. Y ésta es su realidad: "todo es digno de perecer". Si de los sitios y las cosas pasamos a la historia, vemos que en ella se cumple igualmente la ley mágica del doble: los hechos tienden a repetirse. Parecía como si una lucidez penetrante le permitiera ver la realidad de las cosas más allá de cualquier formalismo. Seguían desangrándose. Se reencontraba con las ideas fantasiosas de su juventud, tomaba en serio los proyectos de su amo, creía en la realidad de la apuesta y, en consecuencia, creía en esta vuelta al mundo y en este máximo de tiempo que no había que superar. Y así sabrán lo que es dejar una reina postrada en mitad de la calle y pidiendo misericordia en vano. Súbitamente comprendí mi peligro: me había dejado soterrar por un loco. Y se viaja mejor en el poema que en el más brioso y rápido corcel. 

domingo, 4 de septiembre de 2011

was ist azar

Me encanta el azar, en su mixta existencia, tanto de excusa como de ley. Al fin y al cabo, no sé si me gusta el azar porque me consuela creer que la vida misma está determinada por él, que tanto mis aciertos como mis errores, y sobre todo mis errores, son consecuencia del azar, que las cosas buenas, pero sobre todo las cosas malas, son obras del azar, que puedo quitarme el peso de las responsabilidades de la espalda, y dejar que lo cargue el azar. Como decía, no sé si me gusta por eso, o porque es la respuesta a todas mis preguntas existenciales. Es muy tranquilizante tener algo que calme nuestras dudas.
Algunas mujeres prefieren novios para encontrarle sentido a la vida, otras prefieren las novelas para pasar el tiempo con su mente ocupada en algo menos angustiante que el sinsentido, otras prefieren la religión, que les imponga rituales, formas de actuar, que les de respuestas sobre el mundo.
A mi me gusta el azar. Cuando no le encuentro sentido a la vida, pienso en lo sublime que puede llegar a ser el azar, tanto como para que la vida se haya creado. Cuando me siento sola, pienso que por azar en este momento estaba en ese lugar alejado de otras personas. Cuando pienso en la persona que quiero, me acuerdo que por azar la conocí, y que por azar la tengo lejos. ¡Pienso mucho en el azar!
Pienso en el azar cuando camino, pienso en el azar cuando me baño, pienso en el azar cuando me pica un mosquito, incluso pienso en el azar cuando pienso que pienso en el azar.
Pero cuando creo en el amor, no pienso en el azar. Pienso que todo tuvo una razón. Me río de la pobre y absurda casualidad. Me río del sinsentido al que dejo desnudo de significado al encontrarle sentido, porque cuando creo en el amor, todo tiene sentido. ¡Ni siquiera el apéndice o las muelas de juicio se escapan del sentido cuando creo en amor! Pero no sé si creer en el amor, o si pensar en el azar, no sé si el apéndice tiene sentido y ni siquiera sé cómo terminar este texto. Así que voy a terminar con una frase elegida al azar:
“La casualidad no es, ni puede ser, más que una causa ignorada de un efecto desconocido.”